viernes, 28 de diciembre de 2007

Jan Amos Komenský


Vía: Google Books


Jan Amos Komenský




Jan Amos Komenský (nombre en checo pronunciado), en latín Comenius, (Uherský Brod, Moravia, 28 de marzo de 1592 - Amsterdam, 15 de noviembre de 1670) fue un teólogo, filósofo y pedagogo nacido en la actual República Checa. Fue un hombre cosmopolita y universal, convencido del importante papel de la educación en el desarrollo del hombre. La obra que le dio fama por toda Europa y es considerada como la más importante es Didáctica Magna, y su primera edición apareció en el año de 1679. Le dio real importancia al estudio de las lenguas y creó una obra llamada Puerta Abierta a las Lenguas.





Se le conoce como el Padre de la Pedagogía, ya que fue quien la estructuró como ciencia autónoma y estableció sus primeros principios fundamentales.


El lugar de nacimiento de Comenio es desconocido. Hay tres posibles lugares: Komná, Nivnice, o Uherský Brod en Moravia (ahora República Checa).

  • Komňa es una pequeña aldea donde vivieron sus padres y del cual tomó su nombre. (Komňa <>

  • Nivnice es la aldea donde pasó su niñez y el lugar de nacimiento más probable.

  • Uherský Brod es el pueblo al que se mudó durante su niñez. Aquí hay un museo dedicado a él.

Comenio fue profesor y rector en las ciudades de Pierov y Fulnek, en Moravia, hasta el inicio de la guerra de los Treinta Años, cuando el ejército del Sacro Imperio envió a los habitantes de Moravia al exilio. Se estableció en Leszno (Polonia) y como obispo de los moravos ayudó a mantener la unidad de su grupo. En 1638 fue invitado a Suecia para participar en las reformas educativas. El gobierno inglés le hizo una invitación similar, pero en 1641, poco antes del inicio de la Guerra Civil inglesa, se marchó de la isla, volviendo a Suecia, donde trabajó hasta 1648. Después pasó a Polonia, Hungría y Holanda.


Comenio es muy conocido por sus contribuciones a las técnicas de enseñanza que, junto con sus principios educativos, se desarrollan en su gran obra Didáctica Magna. En ella señala cuál es su concepto de la enseñanza que se resume en una frase suya: "enseña todo a todos". Fue el primero en instruir lenguas tradicionales mediante el uso de pasajes de la misma y de la traducción correspondiente en la lengua moderna.

Su Orbis Pictus (1658) muestra un mundo visible en dibujos, un libro para el aprendizaje del latín, que parece ser el primer libro ilustrado para niños. Hoy en día podemos encontrar muchos libros ilustrados y deberíamos tener en cuenta a Comenio, quien, podemos claramente decir que los inventó. Incluso Goethe, cuya niñez transcurrió cien años después de la publicación del Orbis Pictus, considera, con el mayor agradecimiento a este librito como uno de sus primeros tesoros. Durante todo el siglo siguiente, fue imitado con ediciones cada vez más lujosas.

Pero quizá su obra más personal sea El laberinto del mundo y el paraíso del corazón, una incisiva sátira social en la que propone que el filósofo debe refugiarse en el interior de sí mismo, en el que llama «el paraíso del corazón»

Comenio dividió su obra Didáctica Magna en tres partes:

  • Didáctica General (Cáp. 1 – 19)

  • Didáctica Especial (Cáp. 10 – 14)

  • Organización Escolar (Cáp. 15 – 33)

Esta obra recoge el necesario método. Comenio busca la sistematización de los procesos educativos. Se preocupa de las diferentes etapas del desarrollo educativo y separa por edades la educación con el fin de colocar los conocimientos en espiral. Habla de la globalidad de las unidades, aspecto que hoy en día aún se tiene muy en cuenta. Cada aprendizaje debe formar parte de otro o inducirlo. El autor es el primero en tener cuenta al alumnado y sus necesidades.

Díaz Barriga, considera un error atribuir a las pedagogías anteriores al momento que describimos la noción programas de estudio. En el siglo XVII, Comenio utiliza el término Plan de estudios para establecer, como un señalamiento amplio, el conjunto de temas a trabajar en el sistema escolar. En este sentido, es un error sostener que en la escuela tradicional "el profesor recibe ya hechos los programas, que hacerlos es responsabilidad que no le compete… Entendemos que en lo que se puede denominar "la escuela tradicional"(siglo XVII a XIX), los planes de estudio son considerados desde la didáctica como una propuesta de temas muy amplios a desarrollar en el transcurso de una etapa académica. En cuanto a la noción de programas de estudio, concluimos que no existe, en este momento, en parte porque las grandes reflexiones acerca de la Didáctica se dan antes de que se conformen las sistemas educativos y se establezcan las leyes sobre la obligatoriedad de la enseñanza, y, en parte, porque desde este pensamiento didáctico se establece la función intelectual del docente como una función insustituible.

En el vientre materno se prepara el cuerpo para ser habitación del alma. En la tierra el alma se prepara para la vida eterna "Dios creó todo para dárselo al hombre". En ella, el hombre debe lograr fines secundarios: criatura racional, criatura señor de las criaturas y criatura a imagen y complacencia de su creador; va a ser conocedor de todas las cosas, dueño de ellas y de sí mismo y como fin, tendrá la búsqueda de Dios. Tomemos en cuenta que el hombre, para Comenio, es sabio, bueno, y tiene una inteligencia con la cual el puede percibir el conocimiento de las cosas y de Dios. Somos un milagro, estamos hechos a su imagen y semejanza. Tenemos un esquema del universo, estamos dotados de sentido y siempre estamos en busca constante de aprender para llegar a una perfección y a ser felices. Comenio nos habla de la honestidad, y la base de ésta es la armonía. También nos dice que la religión es una forma de vida, basada en una relación esencial de una persona con el universo o con Dios.

Nos habla de las "semillas" de Ciencia, honestidad y religión, que en muchos de los casos no han dado frutos. Con esto vemos que "el hombre es hombre" cuando hace lo que tiene que hacer en la vida: ejercicio mental, enseñanza, y dar a cada quien lo que merece. La formación de la persona se debe de dar en la infancia, porque allí no tiene bien estructurados los roles que le está marcando la comunidad; sin embargo en la adolescencia es donde más se debe enseñar para reafirmar los conocimientos infundidos en la etapa anterior.

Hay que poner mucho énfasis en el modelo de padres que se tiene, por que por medio de ellos dependerá la educación que tengan los hijos frente a la sociedad. Los maestros son los principales moderadores primarios para dicha formación. Todos los hombres deben ser bien preparados y educados en su vocación, para esto a algunas personas habrá que educarlas desde la infancia ya que unas tardan más que otras para poder asimilar un conocimiento. Pero hay que tomar en cuenta algo importante; nadie deber ser excluido de una educación ya que es la principal fuente de sabiduría del propio ser humano. A todos, por consiguiente, hay que tratarlos como se merecen y no menospreciar a otros que les cuesta más trabajo asimilar una cosa, por eso también hay que explicar todo de acuerdo a la capacidad de cada persona. Todos los hombres deben ser encaminados a los mismos fines, son únicos e irrepetibles, con capacidades y limitaciones con virtudes y habilidades, con aptitudes y destrezas.

"El hombre es la criatura postrera, la más absoluta, la más excelente de todas las criaturas”. Lo fundamental para el hombre, es conocerse a sí mismo como una criatura de Dios que está hecho a su imagen y a semejanza; con esto nos da un panorama absoluto de lo dichosos que somos al encontrarnos en esta vida.

En nuestra vida actual estamos llenos de información de todas partes, entonces hay una fragmentación, y se da una carencia en el aprendizaje, no hay objetivos ni metas a alcanzar, no se determinan vías para conseguirlo, lo unido naturalmente, se separa, no hay un trabajo en equipo; por consiguiente no hay compartimiento de opiniones, ni de ideas. La ciencia de las cosas es el conocimiento interno de las mismas, para que el adolescente se interese en una investigación, es necesario: limpieza en los ojos del entendimiento, que se le presenten los objetos, que preste atención, que sepa deducir y como regla de oro: "Todo se presenta a cuantos sentidos sea posible". Por lo tanto lo que enseñe bien debe enseñarle tal y como es y claro sus causas.

Ahora cabe mencionar "No debemos aprenderlo, sino haberlo aprendido", es decir que todas las cosas sean siempre bien aprendidas por medio de un hábito y costumbre que nos lleve a mejorar siempre como persona y como ser humano. Hay que inculcar buenas costumbres y el arte de formar las mismas, puede expresarse en reglas diferentes: todas las virtudes deben ser enseñadas, en primer lugar se deben enseñar las cardinales: prudencia, templanza, fortaleza y justicia. Desde el primer momento de la infancia se debe dar una buena educación, las virtudes se aprenden del espíritu y es necesaria la disciplina para prevenir las malas costumbres. La piedad es un don de Dios y nos viene del cielo, siendo doctor y maestro de ella el Espíritu Santo. no os metais en esta que es inventada porke dios habla de pecar, y desl capem diem, aprovexa el moemnto.

Comenzamos con la felicidad y sus fundamentos para poder enseñar a los adolescentes: se inicia temprano, antes de la corrupción de la inteligencia, se actúa con la debida preparación de los espíritus, va de lo más fácil a lo más difícil, se procede despacio con todo, no se obliga al entendimiento a algo que no le convenga, siempre es por un mismo método. La cultura-latina es y consiste en la educación general de todos, se educan virtudes como ya había mencionado antes, no solo se educa a los hijos de los ricos sino a todas las clases sociales. No es necesario que la escuela esté llena de gritos o golpes, debe necesariamente tener vigilancia y atención para todos sin ninguna excepción. La disciplina más rigurosa no debe emplearse con motivo de los estudios sino para la corrección de las costumbres. La academia es el más elevado conocimiento y de desarrollo para la persona estudiante, sus procedimientos son fáciles y prácticos, siempre buscan ir al fondo de las cosas, jamás se quedan con la primera impresión, son sabios y se ilustran en los libros. Hay una gran necesidad para reformar las escuelas y se sugieren los siguientes puntos:

  • Método de enseñar alcanzando la perfección

  • Ensayos de los inventores del arte tipográfico

  • Producir vastos ejemplares

  • No ser semejantes por sus características

  • Elegancia y primor

  • Revisar y corregir

  • En papel fuerte para que no se corra la tinta.

En su didáctica magna, hace una reforma de la organización escolar, distingue cuatro escuelas muy parecidas a las actuales:

- La escuela maternal: Sería la comparación a la guardería, que en total llegan hasta los 6 años, igual que la maternal de Comenio. En esta el autor dice que se deben enseñar las ciencias.

- La escuela elemental: Es el equivalente a primaria (hasta sexto) que llega hasta los 12 años. En la época del autor, era obligatoria igual que en la actualidad. En ella se enseña una instrucción general y virtudes. Se cultiva la inteligencia, la memoria y la imaginación.

- La escuela latina o gimnasio: lleva de los 12 a los 18 años, lo que nosotros estamos en el instituto. Sirve para preparar a los alumnos para estudios superiores. Cuando acaban esta escuela los alumnos realizan un examen para comprobar quienes son aptos para entrar en la academia. Este examen es muy parecido al de selectividad.

- La academia: de los 18 a los 25 años, es muy parecida a la universidad, lo único es que ahora hay carreras que no duran tanto tiempo y gente que no tarda tanto o que tarda más que hasta los 25 años en aprobar. El Estado concedía becas como hace ahora.

Comenio introduce una innovación: El estudio de las mujeres, ya que estas, reconoce, son tan o más inteligentes que los hombres, también incluye la educación para las mentes menos capacitadas, ya que estas son las que más ayuda necesitan para llegar, aunque sea, a aprender costumbres. Intenta que el estudio empiece en una cosa sencilla y esta te lleve a una más compleja. También intenta que la educación sea razonada que los alumnos antes de preguntar reflexionen sobre ello. La educación debe llevarles a la libertad, el gozo de vivir y la dicha.

A lo largo de la historia de la humanidad, el análisis de las necesidades del hombre ha ocupado un lugar importante que aún conserva. Si bien éste análisis ha abarcado diferentes campos de la vida humana, el área que aparenta ser el centro, es la Educación. Y si bien ha habido interrupciones en la constitución del discurso pedagógico moderno, no podemos ignorar que las mismas han servido como momentos de observación y reflexión para la configuración de un nuevo discurso basado en los anteriores. Desde Comenio, la discusión sobre la escuela transcurrió por diferentes caminos, pero siempre se coincidió en la necesidad de educar al hombre para la sociedad en que vive.

Es así que vemos a Comenio presente hoy a través de la simultaneidad, la universalidad de la educación, y la alianza escuela-familia. Para este hombre, el único modo de que el individuo llegue a ser un hombre genérico y logre alcanzar la perfección es que no quede hombre sin llegar al saber erudito y es la escuela el vehículo por excelencia que está en condiciones históricas y tecnológicas de transmitirlo. Él promovió la reforma educativa a partir de un supuesto básico considerando que dado un alumno, un docente y un contenido, se podía modificar al alumno aplicando un método para acercarlo a un ideal socialmente aceptado. Como observador de la realidad de su época, calificó a las escuelas como “mataderos de mente” y su propuesta de cambio se fundamentó en tres premisas fundamentales: orden y método, facilidad para aprender y enseñar y solidez en todos los campos. Es por esto que su Didáctica Magna se transformó en la “caja de herramientas” de todo docente. Cambió los castigos físicos por el amor y la comprensión, determinó la necesidad del aprendizaje gradual y estandarizó la importancia de considerar a la educación como un proceso que abarca toda la vida del individuo. Es aquí donde cabe analizar a quienes Comenio consideraba “alumnos”.

Su propuesta era para “todos, todo y totalmente” como ya se citó al comienzo. Puede tomarse como demasiado amplio su concepto, pero en realidad observamos que su “todos”, era todos los niños sin deferencia de sexo, condición social o edad. Su “todo” era lo que el alumno necesitaba para su vida de infante y su “totalmente” involucraba al hombre íntegro considerando su vida intelectual, espiritual y física.

La escuela es pensada por Comenio, basada en una alianza escuela-familia, que imparte conocimientos estandarizados por medio de un libro único, que, a través de un método, instauraría una nueva forma social esencial en la vida de todo ser humano. Sin embargo, muchos años debieron pasar para que sus ideas se vieran plasmadas en las escuelas, que recibían al cuerpo infantil desplazado del seno de la familia, considerada incapaz de llevar adelante la tarea de educar. Este traspaso se basaba no sólo en esa incapacidad, sino también en que los niños aprenden mejor con otros niños y en manos de personas especializadas en el arte de educar: los maestros. Dijo Comenio “...la escuela debe ser un grato preludio de nuestras vidas...”

Y el discurso pedagógico siguió su curso, entre interrupciones y grandes cambios para llegar a nuestros días y encontrarse actualmente pasando un momento de transición que requiere de todos, estado, docentes, alumnos, padres.

La escuela moderna ya no es el único lugar donde se aprende, y el docente ocupa el lugar del que sabe. Hoy se encuentra siendo cuestionada por toda la sociedad. Los docentes deben consensuar con los padres y alumnos. El alumno ya no es el mismo, tiene otras inquietudes, otras formas de aprender y acceder a la información. La influencia de las nuevas tecnologías de la información ha dado origen a nuevo tipo de alumno, docente y ser humano en general, pero es importante señalar que, en realidad, sólo han cambiado algunos aspectos que acompañan el momento social, cultural e histórico de la sociedad actual, pero siguen siendo las mismas. Lo que deberíamos plantearnos es: qué tipo de escuela necesitamos para acompañar a una sociedad en cambio permanente. Seguramente una que reviva lo más positivo de los Pedagogos antiguos, integre los estilos modernos que acompañan el momento socio-histórico y actualice el perfil de hombre como ser social, agente de cambio y centro de la creación, que debe desarrollar lo mejor de sí mismo para alcanzar la plenitud de sus capacidades, teniendo en cuenta las diferencias entre todas las personas. Para concluir, podemos citar a Paulo Freire cuando dijo: “educar para la praxis que implica acción y reflexión de los hombres sobre el mundo para transformarlo"






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